UN CONCEPTO DE CULTURA HISTÓRICA…
a propósito de la presentación de Libro en Congreso de Sociología en Serena
A partir de los planteamientos de Bakhtin, es de relativo consenso que la cultura transita por las clases sociales y que ya no es posible hablar con certidumbre de una alta cultura y una cultura popular o baja cultura. Existe según este autor una circularidad que es posible de ser demostrada por la permanente interrelación entre estamentos y clases. El ejemplo clásico es el “fragmento Menocchio” que Ginzburg analiza para demostrar como un molinero herético es capaz de construir una cosmogonía y que a partir de ella es capaz de realizar proselitismo en su pueblo hasta que la Inquisición , lo condena a la muerte, no sin antes haberlo perdonado. Menocchio es un fragmento d e lo posible en el siglo XVI como cultura popular. Allí se anidan circularidades de manera diferenciada.
Creemos que este planteamiento a nosotros nos importa mucho para construir una constelación de hipótesis que puedan sustentar la idea general que en una sociedad en germinación como figuración como la del Biobío, que accede a niveles civilizatorios de convivialidad a partir de mestizajes profusos, establece también una circularidad cultural con alteridades suficientemente importantes para su sobrevivencia y configuración : a) La primera de ellas, obviamente, la cultura mapuche: opera como una suerte de cultura superior frente a la relativa inorganicidad de las comunidades de rancheríos campesinos del borde del Biobío entre los fuertes y las rehuas mapuches. Con ella se nutre de practicas, imaginarios y mitologías con las cuales construir sentido a la existencia y es por medio de ella que “circularíza” complejos culturales pretéritos de sus propias existencias amerindias y europeas, en bucles de subjetivización y objetivización b) Una segunda circularidad cultural la realizan, como es obvio, con los contingentes que llegan cada tanto como tercios españoles o enganchados del Perú y que alimentan ellos mismos una matriz mestiza de condensaciones culturales polifónicas; c) una tercera, se establece con la profunda germinación de interculturalidades que se desarrollan a principios del siglo XVIII, con la presencia más o menos permanente de comerciantes franceses que establecidos en Talcahuano, incursionan de diferentes maneras por la interioridad del territorio de modo a veces individual para conchabar y trueque, o a veces por grupos de conocimiento y excursión.
No son solo algunos cronistas los únicos franceses que establecen una vocería respecto de lo que miran y observan, sino que son cuerpos de comerciantes y sus ayudantes los que se asientan para esperar el desarrollo de las ganancias de las mercancías que necesitan recuperar en un tiempo que a veces tarda de 3 o 5 años. En ese tiempo la circularidad cultural entre territorio nativo de mestizaje del Biobío y el territorio cultural de los barcos franceses se produce por acoplamiento de pliegues culturales que establecen nuevas relaciones sociales.
Alejandro Diaz