NOTAS NEOLIBERALES CHILENSIS
LOS PANQUEQUES DE….”LA ROSA”
“…Panqueques con manjar hechos por la Rosa, la Ema y Gaspar para el Día del Niño. El mejor regalo es… http://ins
tagram.com/p/rhxeLgk9p9/ …”
Twiter de Ex Ministro Velasco el día 10 de agosto del 2014.
El lenguaje nos dice Chomsky es una caja de pandora cuando refleja las relaciones sociales, sobre todo si ellas ocultan o subliman las contradicciones de clase. Es obvio que el lenguaje también manifiesta, hereda y comprime las condiciones íntimas de una sociedad. Y en el caso de Chile, el lenguaje ha sido especialmente construido para ocultar la subordinación y la distancia que la clase dominante se obliga a guardar con respecto de las clases populares. Es de alguna manera la posibilidad de señalar que estamos obligados a compartir porque la modernidad y la sobrevivencia así nos lo exige. Pero de alguna manera con este lenguaje, el dominador mantiene la distancia del otro. Es el caso del Twiter del epígrafe. Está emitido por una voz autorizada de la clase dominante. Señala que “LA ROSA” le ha hecho panqueques y éstos son un objeto especial de celebración del día del niño. Quien emite el mensaje, es ignorante (suponemos) de la fuerza de la dominación que contiene el texto. Opera y se desempeña, tal y como fue “criado” en el campo cultural de sus familias oligárquicas o clase medieras oligárquicas y probablemente también por todas las rosas ancestrales, obligadas a compartir el lenguaje del dominador. Se nombra al personal doméstico con el apelativo de “LA “. No es Rosa…es la ROSA. Y ella se une a todas las Rosas y a todos los Juan o “El Juan” o Juanito. Ese apelativo: el nombre y el articulo, construyen una relación de dominación ancestral y su uso en la cotidianeidad construye identidad: identidad de dominador e identidad de dominado. Y todos podemos celebrar el día del niño con el ex ministro Velasco…incluido “La Rosa”. Incluso creyendo de buena fe que los panqueques nos unen en una especial intimidad democrática.
Las críticas están en el aire y no se las lleva el viento.
Alejandro Diaz